viernes, 2 de diciembre de 2011

RÉGIMEN SOCIALISTA CHINO POR JUAN PABLO RUBIANO

Régimen Socialista Chino.
El Partido Comunista de China es el único partido gobernante de China.
El PCCh, fundado en 1921, estableció la República Popular China en 1949 a través de la lucha armada.
 En la actualidad, el PCCh tiene aproximadamente 60 millones de miembros y 3,400,000 organizaciones de base.
 El PCCh tiene organizaciones formales (a través de elecciones en el seno del Partido) y no formales (a través del nombramiento de las organizaciones superiores del Partido) establecidas en todos los niveles del Gobierno chino y en los diversos sectores y campos sociales.
El Partido Comunista de China se convirtió en una de las formaciones políticas más influyentes de China. En1949, el ejército del partido, denominado Ejército Popular de Liberación, derrotó al Partido Nacionalista Chino o Kuomintang (KMT) en laGuerra Civil China. El líder del PCCh en aquel momento, Mao Zedong, proclamó la nueva República Popular, bajo la dirección del Partido Comunista.
La etapa en que Mao ocupó el poder del Partido Comunista y de la República Popular estuvo caracterizada por intensas campañas de reformas económicas e ideológicas como el Gran Salto Adelante o la Revolución Cultural. Tras la muerte de Mao en 1976, su sucesorHua Guofeng no lograría mantener el poder, que acabaría en manos de Deng Xiaoping, líder pragmático que alteraría la base ideológica del Partido permitiendo una serie de reformas institucionales y económicas que alentarían la adopción de modelos económicos de desarrollo de tipo capitalista. Estas reformas se intensificarían con los sucesores de Deng Xiaoping, primero Jiang Zemin y después Hu Jintao, actual Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de China y Presidente de la República Popular China.

Desde que China comenzó a aplicar la política de reforma y apertura al exterior, el Partido Comunista de China, combinando las tesis básicas del marxismo con la realidad nacional y las características de nuestro tiempo, hizo un análisis general y un balance científico sobre las experiencias y lecciones de la construcción socialista china, el ascenso y la decadencia de los demás países socialistas, los éxitos y fracasos de los países en vías de desarrollo en su búsqueda de progreso y sobre la tendencia de crecimiento de los países desarrollados y las dificultades con que se depararon. De esta forma, respondió sistemáticamente a una serie de problemas importantes, que incluyen el camino de desarrollo del socialismo chino, su etapa histórica, tareas básicas y pasos estratégicos, abriendo exitosamente un camino socialista con peculiaridades chinas.
En lo económico, China se adhiere al sistema económico básico, caracterizado por el dominio de la modalidad de propiedad pública y el desarrollo conjunto de diversas modalidades de propiedad, creando así una nueva estructura en la que diversas modalidades de propiedad compiten en igualdad de condiciones y logran un desarrollo conjunto. En lo político, China persevera en el sistema de asamblea popular, de cooperación multipartidista y de consulta política dirigido por el Partido Comunista, así como en el sistema de autonomía regional étnica. En lo cultural, insiste en orientar las corrientes de pensamiento social con el sistema de valores predominantemente socialista, en ampliar los puntos de convergencia, respetando las diferencias y en aumentar la convergencia de las ideas, tolerando la diversidad. Los hechos han corroborado que el socialismo con características chinas es una vía inexorable y exitosa que hará de China una nación socialista modernizada, próspera, poderosa, democrática, civilizada y armoniosa.

Principios políticos y organizativos del centralismo democrático
   1. Principios básicos del centralismo democrático
   1) El miembro se subordina a la organización del Partido, la minoría a la mayoría, la organización de nivel inferior a la de nivel superior, las organizaciones de todo el Partido y todos los miembros al Congreso Nacional del Partido y a su Comité Central.
   2) Los órganos dirigentes del Partido a todos los niveles son constituidos mediante elección, salvo los órganos de representación destacados por ellos y los grupos del Partido en las organizaciones no del Partido.
   3) Los órganos supremos de dirección del Partido son el Congreso Nacional y el Comité Central constituido en éste. Los órganos dirigentes del Partido a nivel local son los congresos locales del Partido y los comités constituidos en ellos. Los comités de todos los niveles del Partido responden ante los congresos de los mismos niveles y les rinden cuenta de su labor.
   4) Las organizaciones superiores del Partido deben escuchar constantemente las opiniones de las organizaciones inferiores y de las masas de miembros y resolver a tiempo los problemas planteados por ellas. Las organizaciones inferiores del Partido deben pedir instrucciones a las organizaciones superiores y rendirles cuenta de su labor, a la vez que deben resolver de manera independiente y responsable los problemas dentro del marco de su atribución. Las organizaciones superiores e inferiores deben informarse, apoyarse y supervisarse mutuamente. Las organizaciones del Partido en los diversos niveles deben hacer que los miembros conozcan mejor los asuntos internos del Partido y participen en ellos.
   5) Los comités del Partido en los diversos niveles adoptan el sistema de combinación de la dirección colectiva y la responsabilidad individual mediante la división del trabajo. Los problemas importantes deben ser deliberados colectivamente en el comité del Partido para que el mismo comité tome decisiones; los miembros del comité deben cumplir efectivamente su responsabilidad de acuerdo con la decisión colectiva y la división del trabajo.
   6) El Partido prohíbe cualquier forma de culto a la persona. Hay que asegurar que las actividades de los dirigentes del Partido se encuentren bajo la supervisión del Partido y el pueblo y, al mismo tiempo, mantener el prestigio de todo dirigente que represente los intereses del Partido y el pueblo.
   2. Principios de organización
   1) Los delegados a los congresos de los diversos niveles del Partido y sus comités son elegidos mediante votaciones secretas.
   Ninguna organización o individuo debe obligar a un elector a elegir o no elegir a cierta persona.
   Si en las elecciones de los congresos de niveles locales y los congresos de base del Partido se producen casos en violación de los Estatutos del Partido, el comité de nivel superior inmediato del Partido, una vez que los haya investigado y comprobado, debe tomar la decisión de declarar nula la elección y de adoptar medidas correspondientes, e informar de ello al comité de un nivel más alto del Partido para su examen y ratificación antes de anunciar de modo formal su ejecución.
   2) En caso necesario, el Comité Central del Partido y los comités locales de diversos niveles convocan conferencias de representantes, con el fin de discutir y decidir los problemas importantes que han de ser solucionados oportunamente. El número de representantes de cada conferencia y el método de designación son decididos por el comité que convoque la conferencia.
   3) La creación de una nueva organización del Partido o la supresión de una ya existente deberá ser decidida por la organización superior del Partido.
   4) El Comité Central del Partido y los comités de los niveles locales pueden destacar órganos de representación.
   5) Durante el receso de un congreso de nivel local o de una conferencia de base del Partido, si la organización superior del Partido considera que es necesario, ella puede transferir al responsable de la organización inferior o designar a otro.
   6) Los órganos dirigentes de todos los niveles del Partido deben consultar, en circunstancias normales, con las organizaciones inferiores cuando les toca tomar decisiones sobre los problemas importantes relacionadas con estas organizaciones. Si son problemas que deben ser tratados por una organización inferior, el órgano dirigente superior no tendrá que intervenir cuando se presenten circunstancias especiales.
   7) En cuanto a las políticas de importancia nacional, solamente el Comité Central del Partido tiene el poder de tomar decisiones; los diversos departamentos y las organizaciones locales del Partido pueden presentar sugerencias al Comité Central, pero no está permitido que tomen decisiones o declaren sus pareceres al exterior sin autorización.
   8) Las organizaciones inferiores del Partido deben implementar resueltamente las decisiones de las organizaciones superiores.
   Si una organización inferior cree que la decisión de la organización superior no concuerda con las realidades de su localidad y departamentos, puede pedir que la cambie; pero si la organización superior insiste en la decisión original, la organización inferior debe implementarla y no puede emitir opiniones diferentes en público, pero tiene derecho a informar de ello a la organización de un nivel más alto.
   9) Los periódicos y los otros medios de comunicación de las organizaciones de todos los niveles del Partido deben difundir la línea, los principios, las política y las resoluciones del Partido.
   10) Cuando una organización del Partido discute y decide sobre un problema, se debe aplicar el principio de subordinación de la minoría a la mayoría. Para decidir sobre un problema importante, hay que recurrir a la votación. Con respecto a la opinión diferente de la minoría, es preciso tenerla en seria consideración. Si las personas a favor y las en desacuerdo son cercanas en número en caso de discrepancia sobre un asunto importante, es necesario postergar la toma de decisiones, con la salvedad de una situación urgente en la cual se debe actuar acatando la opinión de la mayoría; en situaciones excepcionales, también se puede informar de la discrepancia a la organización superior solicitando que dicte un fallo.
   11) Si un militante, en representación de la organización del Partido, emite planteamientos importantes más allá del marco de la decisión ya tomada por esa organización, sus planteamientos deberán ser presentados a la misma organización para su decisión mediante discusión, o informados a la organización superior del Partido para que dé instrucción. Ningún militante, sea alto o bajo su cargo, no puede decidir individualmente los problemas importantes; si en situaciones urgentes es preciso que algún individuo tome la decisión, se deberá informar con prontitud a la organización del Partido una vez que ello haya ocurrido.
 Bibliografia






PARTIDO COMUNISTA CUBANO POR JESSICA POSSU

HISTORIA    


El triunfo de la Revolución Cubana, el 1ro de enero de 1959, dio respuesta no solo a una exigencia planteada por las difíciles condiciones en que vivió el pueblo durante casi 57 años de república mediatizada, sino también significó la conquista definitiva de los ideales y objetivos que movieron las luchas de la nación desde la época colonial, frustrados después de las guerras de independencia por la confabulación del imperialismo norteamericano y la oligarquía criolla, incluida la sangrienta dictadura de su representante incondicional Fulgencio Batista.

El antecedente histórico más inmediato de la formación del Partido Comunista de Cuba se encuentra en el amplio proceso unificador que tuvo lugar en 1961 con la formación de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), que constituyó el primer paso hacia la creación del instrumento político unitario de la Revolución; formadas por el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, liderado por Fidel Castro, fundador del Ejército Rebelde e iniciador de la última etapa de la lucha revolucionaria; el Partido Socialista Popular (PSP) (Comunista) cuyo secretario general era Blas Roca y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, dirigido por el comandante Faure Chomón.
Después de unos meses de vida se hizo un análisis de los logros de la integración y de los errores de sectarismo por parte de miembros de la dirección de las ORI. El 26 de marzo de 1962, se inició una nueva etapa en la construcción de un partido, que a partir de esa fecha se denominó Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC).

Se inició así la construcción de las bases del Partido, según el principio de una selección rigurosa e individual y apoyada en la consulta con los trabajadores. Se precisaron desde entonces los conceptos y el método que se aplicarían para constituir las organizaciones de base.
En aquella ocasión, Fidel Castro, al referirse a los futuros militantes señaló:

"...Tiene que ser un trabajador ejemplar, pero, además, tiene que aceptar la Revolución Socialista, tiene que aceptar la ideología de la Revolución, tiene que desear —desde luego— pertenecer a este núcleo revolucionario, aceptar las responsabilidades que impone ser del núcleo revolucionario, pero es necesario, además, una vida limpia..."

El 3 de octubre de 1965, quedó constituido el primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), en el acto solemne en el cual Fidel Castro leyera la carta de despedida del Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara, quien fuera uno de los inspiradores de la creación de un Partido, ejemplo vivo y organización de vanguardia de la Revolución, dado el grado de desarrollo de la conciencia político-ideológica del pueblo cubano.
La experiencia acumulada en la tarea de la construcción y el crecimiento del Partido, en los años transcurridos desde entonces, han confirmado la justeza de estos conceptos.
En las asambleas de elección de trabajadores ejemplares, que se realizan en los centros laborales, en las que los trabajadores proponen y eligen a aquellos que según su criterio reúnen las condiciones para ser procesados con vistas a su ingreso al Partido, tenemos una de las experiencias más importantes y valiosas en la lucha por lograr, en las condiciones históricas concretas, un Partido de calidad y estrechamente vinculado a las masas populares que velan por mantener la pureza de sus filas.
Los Estatutos del Partido consagran estos principios de ingreso a sus filas y encarga a las organizaciones de base a realizar los procesos de crecimiento, y adoptar en sus reuniones las decisiones sobre la admisión o no, de los nuevos militantes, con la ratificación del organismo superior correspondiente.
La Constitución de la República de Cuba aprobada en referendo popular el 15 de febrero de 1976, en el que votaron el 98% de los electores y la aprobaron el 97,7, definió el papel del Partido en la sociedad cubana. En el artículo 5 del capítulo I de la Constitución se establece que: "El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la Sociedad y el Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista."



ESTRUCTURA Y ORGANIZACIÓN

Estructura y Organización del PCC

 ESTATUTOS DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

Capítulo I
EL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

El Partido Comunista de Cuba es fruto genuino de la Revolución y máxima expresión de la voluntad unitaria del pueblo cubano de cuyos mejores hijos nutre sus filas sobre la base de la ejemplaridad y con métodos de masa.
El Partido Comunista de Cuba encarna las heroicas tradiciones revolucionarias del pueblo cubano, mantenidas muy en alto por generaciones de luchadores contra el colonialismo español y el neocolonialismo imperialista de Estados Unidos, y constituye un fiel continuador del Partido Revolucionario Cubano que fundó José Martí para la lucha por la independencia nacional, del Primer Partido Comunista simbolizado en las vidas de Julio Antonio Mella y Carlos Baliño, y de las organizaciones revolucionarias que protagonizaron la lucha contra la tiranía proimperialista derrocada el 1ro de enero de 1959.

El Partido Comunista de Cuba es fiel al ideal comunista. Como fuerza dirigente superior de la sociedad asume el mandato del pueblo de orientar y coordinar los esfuerzos comunes de toda la nación en la construcción del socialismo, sobre la base de los principios revolucionarios y con un sentido cabal de lo auténticamente cubano.
El Partido Comunista de Cuba basa su autoridad en la justeza de su línea política, en el ejemplo de sus militantes, en el vínculo con el pueblo, en su capacidad de escuchar, de persuadir y de incorporar a la mayoría a la lucha por los objetivos de la Revolución.

El Partido Comunista de Cuba, partido único, fruto de la unidad de la nación cubana, mantiene una labor sistemática y tenaz por el desarrollo y consolidación en nuestra sociedad de la ideología de la Revolución Cubana, que resume e integra lo específico de nuestra Revolución: la fusión del ideario revolucionario radical de José Martí y de una tradición singular de lucha liberadora nacional y social en la que se destacan insignes revolucionarios y patriotas, con los principios fundamentales del marxismo y del leninismo y la necesidad histórica del socialismo que en nuestras condiciones se revela como única alternativa al subdesarrollo y a la dominación neocolonial. La ideología de la Revolución Cubana encuentra su más alta expresión en el pensamiento y la acción del compañero Fidel Castro Ruz.

El Partido Comunista de Cuba, en su labor educadora y orientadora, otorga particular atención a la formación de las nuevas generaciones.
El Partido Comunista de Cuba lucha por consolidar una nueva moral en la sociedad cubana, cimentada en la ideología de la Revolución, el colectivismo, la solidaridad, la igualdad y la justicia social, la confianza mutua, la disciplina consciente, la modestia, la honradez, el espíritu crítico y autocrítico, la seguridad en el porvenir socialista; en consecuencia, combate resueltamente la exaltación de la ideología burguesa, el individualismo, la supervivencia de prejuicios raciales y discriminatorios de cualquier índole, el escepticismo, la falta de fe en el socialismo, las tendencias liberaloides, el derrotismo, el populismo, el oportunismo, el hipercriticismo, la simulación y la doble moral, el paternalismo, el igualitarismo, la indisciplina, la corrupción y toda forma de conducta delictiva y antisocial.

El Partido Comunista de Cuba se estructura orgánicamente y desarrolla su vida interna sobre la base de la observación más rigurosa del principio leninista del centralismo democrático que conjuga una disciplina estricta y consciente con la más amplia democracia interna, el ejercicio de la dirección colectiva y de la responsabilidad individual y la práctica de la crítica y la autocrítica ante los propios errores, todo lo cual garantiza la pureza y la cohesión de sus filas y la necesaria unidad de pensamiento y de acción junto a la mayor libertad de discusión y de iniciativas de los comunistas.
El Partido Comunista de Cuba, cuyo objetivo esencial es la construcción del socialismo, moviliza a las masas en función del desarrollo económico y social, en su condición de partido de la unidad y vanguardia organizada de la clase obrera y de los más amplios sectores del pueblo trabajador y de todos los patriotas y revolucionarios, adquiere la obligación de propiciar que en su actuación, funcionamiento y estructura encuentren espacio las sugerencias, opiniones, puntos de vista y aspiraciones legítimas de aquellos a quienes representa. Lo anterior significa una indisoluble unión entre partido y pueblo que se expresa en la capacidad de sus cuadros y militantes para aprender del pueblo, estar atentos a sus valoraciones, criterios y opiniones, e incorporar a la propia actividad partidista, como estilo, el diálogo permanente con las masas.
Los organismos y organizaciones de base se guían en su actividad por los Estatutos y Reglamentos y por los acuerdos, resoluciones, orientaciones e indicaciones de sus órganos y organismos superiores, así como por las orientaciones y sugerencias del primer secretario del Comité Central, compañero Fidel Castro Ruz.

Están obligados, asimismo, a mantener constantemente la vinculación con los trabajadores y miembros de la comunidad donde se desenvuelven, según el caso, atender sus inquietudes, escucharlos y aprender de estos; promover el diálogo para intercambiar criterios y esclarecer la política, explicar las prioridades, las limitaciones
y carencias que sea preciso enfrentar; analizar sus planteamientos críticos sobre la actividad del propio partido y del Estado; educarlos y movilizarlos conscientemente, de modo directo y por medio de la Unión de Jóvenes Comunistas y de las organizaciones de masas para llevar a la práctica la política del partido.
El Partido Comunista de Cuba lucha contra cualquier síntoma de inmovilismo o estancamiento, promueve lo mejor de nuestras experiencias y se esfuerza siempre por encontrar soluciones a los problemas con un espíritu renovador y de principios.

En la política de cuadros, el Partido Comunista de Cuba parte del concepto de que la cantera fundamental está en el pueblo y se fragua en el trabajo, el esfuerzo y la lucha y asume su responsabilidad política con el objetivo de garantizar en todos los niveles de dirección la continuidad y la renovación sobre la base de la preparación requerida, las capacidades, las aptitudes, la integralidad, la fidelidad a la Revolución, la firmeza y la ejemplaridad. El partido propicia la actuación simultánea de las generaciones que protagonizan la Revolución.
Con relación a los cuadros de dirección del propio partido, la cantera está constituida por la totalidad de su militancia.

El Partido Comunista de Cuba vela celosamente por el fortalecimiento de la autoridad y el funcionamiento democrático y autónomo de todas las organizaciones de nuestra sociedad bajo el principio de que el acatamiento de la autoridad del partido es consciente y libre, de que sus métodos de dirección son eminentementes políticos y ajenos al paternalismo y el tutelaje.
El Partido Comunista de Cuba es fiel a los principios del internacionalismo, el antimperialismo, la solidaridad y la fraternidad entre los pueblos.
El Partido Comunista de Cuba en caso de agresión asume su responsabilidad junto al pueblo en la primera trinchera de combate y entregará todas sus energías, su talento y voluntad a la defensa del país, de la Revolución y del socialismo a imponer al enemigo la voluntad del pueblo, obligarlos a desistir de su pretensión de restablecer el capitalismo en Cuba y el yugo neocolonial, luchar hasta derrotarlo y expulsarlo del suelo sagrado de la patria.

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