POR: Jairo Andrés
Díaz Zambrano
DESMONTE
DEL FRENTE NACIONAL Y CRISIS DE ESTADO
(CONTEXTO
NORMATIVO)
El fenómeno de la abstención política cada día se
acentuaba más, y es por ello que las diferencias al interior de los partidos
condujeron a una competencia electoral, protagonizada por cuatro candidatos
conservadores, en el que se hizo evidente el desgaste del acuerdo bipartidista,
pero que gracias al respaldo oficial del liberalismo se garantizó al partido
conservador la elección de Misael Pastrana Borrero, candidato para el último período
del Frente Nacional. Los gobiernos siguientes difícilmente lograron superar los
acuerdos bipartidistas, ahondándose más la crisis de legitimidad, por el
clientelismo, la corrupción política y el avance de la subversión guerrillera,
instaurándose un período de represión amparado en la figura del Estado de Sitio
hoy de Excepción que privó de garantías y libertades ciudadanas, ante el
fantasma del comunismo en el cual se enmarcaron todos los movimientos de
oposición.
·
El Estado de Sitio: En medio del horripilante
espectáculo de más de cuarenta años de muerte y atroces crímenes políticos de
la derecha, de algunas guerrillas y del narco-terrorismo -para no mencionar la
delincuencia común - que ha costado alrededor de seiscientas mil vidas y
millones de millones de pesos en daños materiales y económicos, simultáneamente
ocurren en Colombia acontecimientos creativos y renovadores del sistema
institucional y político: a) el avance acelerado del proceso de paz mediante acuerdos
del Gobierno con grupos guerrilleros, que ha incorporado miles de personas a la
vida política civil. En la elección de los 70 integrantes de la Asamblea Constituyente,
el 9 de diciembre de 1990, el M-19 obtuvo un 27% de los votos, rompiendo así el
esquema bipartidista liberal-conservador que dominara el escenario político
desde la independencia; b) la convocatoria directa por el pueblo, con el apoyo
de los gobiernos de Barco y Gaviria, de una Asamblea Constituyente para la reforma
de la Constitución, autoritaria por cierto, vigente desde 1886, a fin de
modernizar las instituciones jurídico-políticas y ampliar y profundizar la
democracia tradicional y conservadurista, encaminándola a nuevas formas de
participación ciudadana y a efectivos mecanismos de desconcentración de las
decisiones. (explicación brindada por Nueva Sociedad Nº 112 Marzo Abril de
1991, ISSN: 0251-3552, <www.nuso.org>.)
TÍTULO XI. DEL PRESIDENTE Y DEL
VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA (CONSTITUCIÓN DE 1886).
Artículo
121.-
En
los casos de guerra exterior, o de conmoción interior, podrá el Presidente,
previa audiencia del Consejo de Estado y con la firma de todos los Ministros,
declarar turbado el orden público y en estado de sitio toda la República o
parte de ella.
Mediante
tal declaración quedará el Presidente investido de las facultades que le
confieran las leyes, y, en su defecto, de las que le da el Derecho de gentes,
para defender los derechos de la Nación o reprimir el alzamiento. Las medidas
extraordinarias o decretos de carácter provisional legislativo que, dentro de
dichos límites, dicte el Presidente, serán obligatorios siempre que lleven la
firma de todos los Ministros.
El
Gobierno declarará restablecido el orden público luego que haya cesado la
perturbación o el peligro exterior; y pasará al Congreso una exposición motivada
de sus providencias. Serán responsables cualesquiera autoridades por los abusos
que hubieren cometido en el ejercicio de facultades extraordinarias.
Los dos gobiernos
liberales que siguieron al período del Frente Nacional, Alfonso López (1974-78)
y Julio Cesar Turbay Ayala (1978-82), no tuvieron cambios significativos en
cuanto a los parámetros acordados por el bipartidismo. Estos se desenvolvieron
en medio del centralismo político, el acentuado presidencialismo ratificado en
la reforma constitucional del 86, el creciente clientelismo, amañado reparto
fiscal y corrupción política, conductas que rompieron todo canal de
comunicación entre el electorado y la dirigencia política cada vez más distante
de los partidos políticos. La respuesta a esta situación fue el incremento de
movimientos y paros cívicos cuyo objetivo era reclamar al Estado, servicios,
inversión, vías de comunicación, educación, salud, tuvieron como particularidad
su composición heterogénea que aglutinó a sectores populares, medios,
integrados en una causa común: exigir respuesta a necesidades básicas de sus
habitantes. Además dejo en claro el escaso grado de democratización del régimen
político.
Jairo Andrés Díaz
Zambrano
Estudiante APT IV
SEMESTRE
Jairo,
ResponderEliminarMe parece muy interesante su publicación, en realidad ley varias y esta me gusto más.
Me llama la atención ver como trata de sujetarse a lo que esta escrito en los documentos referenciados y no dejarse llevar por la corriente de la propia opinión. También, me gusta como retoma fechas y también como agrega cifras en porcentajes y para finalizar me gusta como relata lo sucedido, pero no se pierde ese hilo conductor que aveces por tratar de relatar más o escribir menos, se pierde.
Cordialmente,
CHRISTIAN CAMILO CAGUA SUA