domingo, 4 de diciembre de 2011

Ensayo Venezuela Colombia Por Juan Pablo Rubiano

UN POCO DE AQUÍ UN POCO DE ALLA; COLOMBIA, VENEZUELA Y SUS
SISTEMAS POLITICOS COMPARADOS.





JUAN PABLO RUBIANO RODRIGUEZ
ADMINISTRACIÓN PUBLICA TERRITORIAL 1B






ESCUALA SUPERIOR DE ADMINISTRACION PÚBLICA
BOGOTÁ D.C
30 DE NOVIEMBRE DE 2011



UN POCO DE AQUÍ, UN POCO DE ALLA; COLOMBIA, VENEZUELA Y SUS SISTEMAS POLITICOS COMPARADOS.

Colombia y Venezuela son dos países cercanos con un largo trasegar histórico que independiente de los resultados y  situaciones actuales, logran compartir relaciones y dimensiones de tipo económico y político, geográfico y ante todo  prácticas culturales que las acercan a diario y  las hacen interdependientes; poseen una misma lengua, con diversidad de etnias, una similar extensión territorial, ubicados estratégicamente en el trópico y con grandes extensiones comunes en las fronteras.
En el marco de la política comparada en las relaciones bilaterales o multilaterales es donde se permite ver la respuesta que cada Estado –Colombia y Venezuela- a veces de manera similar y otras contrarias le dan a las demandas sus respectivas respuestas, y es en el marco de un diseño institucional y particular, diferente uno del  otro, producto de procesos dispares y diferenciados que en tiempos actuales los llevo a caminos diferentes uno del otro ya al final del siglo pasado.

Los dos Estados comparten un mismo origen histórico que viene del Estado Colonial Español, la influencia intelectual y contestataria de la revolución Francesa1, y una marcada participación de la iglesia católica, además comparten problemas comunes contemporáneos para con sus ciudadanos, pobreza, violencia, migración internacional, corrupción, clientelismo, etc.; Sin embargo se aborda el trabajo sobre la idea de que estos dos países comparten además de historia, diseños institucionales semejantes en la forma en cómo se han formalizado aunque no en su trasfondo político y económico en las relaciones de

poder que existen para con y entre los diferentes actores e instituciones que interactúan al interior de cada Estado.


Las ramas del poder público al interior de cada uno de los Estados representan las diferentes instituciones del sector, para el caso colombiano el poder público se divide en 3 ramas y 2 órganos independientes, el ejecutivo, plasmado en el Gobierno central representado en el Presidente de la República, actual Jefe de Gobierno, Jefe de Estado y Comandante de las Fuerzas Militares y jefe directo de cada uno de los 16 Ministerios Nacionales; la rama judicial, representada en las denominadas Altas Cortes –Corte Suprema de Justicia, Concejo de Estado, Corte Constitucional y Consejo Superior de la Judicatura-,  y por la Fiscalía General de la Nación, la rama legislativa representada en el Congreso de la República, conformado por Senado y Cámara, y 2 órganos autónomos como el Concejo Nacional Electoral y organismos de control como el ministerio público y la Contraloría General de la Nación.
Entre tanto el poder público en Venezuela están conformado por  5 poderes públicos, el legislativo –Asamblea Nacional de Venezuela-, ejecutivo –representado en el Presidente de la República- que a su vez cumple funciones de Jefe de Gobierno, Jefe de Estado y Comandante General de las Fuerzas Armadas- y esta integrado por todos los 31 Ministerios; un poder judicial-conformado por Tribunales, Procuraduría y Defensoría- además de órganos de investigación penal;  el poder ciudadano es ejercido por el Concejo Moral Republicano integrado por el Defensor del Pueblo, el Fiscal de la República y el Procurador y por último el poder electoral constituido por el Concejo Nacional Electoral.


Cada una de estas ramas y órganos en general conservan una misma estructura operativa y funcional dentro del Estado. Los sistemas actúan en escenarios y dinámicas de demandas y respuestas en el ideal de garantizar un mínimo de aceptación o legitimidad que garantice la estabilidad al interior del mismo y su proyección en el tiempo.


Desde lo Semejanzas…

El presente trabajo aborda los sistemas políticos de Colombia y Venezuela desde las nuevas constituciones políticas aprobadas en 1991 y 1999 respectivamente como sistemas políticos últimos a referenciar, en ellas –las constituciones- básicamente consignan ideas similares de forma y no de fondo en el diseño institucional. Asumirse a si mismos como Estados Sociales de Derecho, de sistema Presidencialista que se “distingue fundamentalmente por cuatro características básicas: la elección popular y directa del presidente; una completa separación entre el ejecutivo y el legislativo; el período fijo del  presidente; y la inexistencia de mecanismos para que éste disuelva el Congreso o adelante elecciones2. y donde la elección presidencial se hace por mayoría absoluta, con opción de segunda vuelta.

Los dos Estados comparten tres ramas de poder público Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Ambos contienen un sistema electoral pluripartidista con pequeñas variantes y en general intentan ofrecerles a sus ciudadanos instituciones que permitan la expansión de derechos individuales y colectivos en la búsqueda de una mayor legitimidad y representatividad.

Las dos constituciones hacen parte de ese nuevo proceso de renovación y reivindicación constitucional que se dio en el último cuarto de siglo en América Latina con excepción de unos pocos países, y que según los escritos del académico  Gabriel L. Negretto, las causas que se identifican para el cambio constitucional en Colombia y Venezuela son en orden, el primero en 1991 por una crisis política plasmada en “la decisión de reemplazar o reformar la constitución que en estos casos fue precedida por un conflicto político extremo o por una percepción de crisis compartida por la clase política, los medios de comunicación, y la opinión pública3 caso Colombia.
Y el segundo en 1999 conpropósitos puramente partidistas, para redistribuir poder o mejorar la imagen de un gobierno ante la opinión pública. A veces un presidente o un partido introducen reformas a la constitución vigente porque tienen la capacidad de hacerlo y perciben que existe un conjunto alternativo de reglas que les permitiría obtener una ventaja electoral o incrementar su poder de decisión e influencias en el futuro” 4,  Caso Venezuela.


Es semejante para los dos Estados también una crisis de representación que está directamente ligada a la corrupción (a todos los niveles), -cerca de 10 billones al año en Colombia se pierden por este tipo de practicas5- ; y en Venezuela fue ubicado dentro de los países mas corruptos del mundo –el numero 164 en una lista de 1786- La impunidad -relacionada con las acciones de las fuerzas del orden público cometidas en contra de defensores de los derechos civiles o de las operaciones de limpieza social- y los vínculos de miembros de la clase política con los cárteles de la droga.
La corrupción afecta (en diferente grado) a la vida institucional del país, aunque independiente de las causas para la reingeniería constitucional es a partir de estos cambios institucionales donde se presentan o han aumentado la protección y “el reconocimiento de derechos sociales de tipo comunitario, como son los derechos políticos sociales y culturales de las comunidades indígenas para los dos países7


Los dos países plantean modelos de ordenamiento administrativo diferentes; desde lo formal, Colombia se proyecta como un Estado descentralizado por 32 departamentos y 1.100 municipios como la entidad territorial más pequeña; y, Venezuela en tanto se asume como un Estado Federal con sus 23 Estados y un Distrito Capital, además de 335 municipios.  Sin embargo independiente del modelo conservan una fuerte tradición Centralista en la toma de decisiones de tipo administrativo, económico y político solo reservado a los gobiernos centrales. La simple formalidad de si se es Centralista o Federalista en el ordenamiento territorial y administrativo, se subsume al interés central -independiente del país- y a su capacidad de ejercer control económico y autoridad para con las regiones más pequeñas y con menor capacidad institucional.

Desde las diferencias…

Colombia es un Estado reconocido por su fuerte tradición democrática “formal” acompañada de un largo y crudo conflicto armado interno y Venezuela es reconocida por su carácter de inestabilidad democrática que ha generado a su interior procesos de inestabilidad política en la última parte del siglo que la llevaron a dictaduras, golpes de Estado y procesos democráticos de forma alterna y recurrente, que inclusive la llevan a introducir el socialismo como su forma de producción.

Además, la Venezuela actual es una sociedad levantada por una economía petrolera-rentista. Se trata, por tanto, de un capitalismo paradójico, pues no se sustenta principalmente por el trabajo productivo y la ganancia, sino por una renta que se captura en el mercado internacional” (4) y ante ello vulnerable a las fluctuaciones de precio del mismo en los mercados internacionales.
Si bien el socialismo del Siglo XXI promovido en este país ha impulsado la nacionalización de sus recursos naturales y una mayor redistribución de las rentas y su redireccionamiento para el apalancamiento de nuevas formas de producción, estas aun no logran representar en el total del producto interno del país un porcentaje relevante en la economía nacional, y aunque se actúa de mejor forma frente a problemas como la crisis petrolera de los años 80 que obligo al Estado Venezolano a realizar políticas económicas de ajuste que lo llevaron a retirarse de sectores económicos del país y cederlos al sector privado, hoy día, este Estado intenta a la fuerza y lentamente recuperar el terreno perdido y nacionalizar industrias de gas, hierro, cemento y alimentos, además de las empresas ya nacionalizadas en el campo petroquímico como una forma de garantizar soberanía y autonomía frente a agentes externos sean estos organizaciones transnacionales o Estados poderosos, con el firme ideal de que es a través de la estatización de los recursos que se logra una mejor redistribución y por tanto una mayor legitimidad.

Colombia, en tanto, basa su estructura económica capitalista en la diversificación de producción aunque dependiente aun, fuertemente de la producción petrolera y la inversión extranjera en proyectos mineros que apalanquen el desarrollo, promueve los tratados de libre comercio como una postura responsable con el país y con el futuro, como la mejor manera de garantizar el acceso a mayores beneficios y por tanto una mejor calidad de vida para con sus ciudadanos. Lo común para los dos es su profundo abandono al potencial agropecuario y ambiental, lo que implica que independiente del régimen o sistema las apuestas de futuro son meramente cuestiones de voluntad política y el reflejo de los intereses a veces sesgados a veces coyunturales en el tiempo y sostenidos en el largo plazo.

Estas dos posturas contrarias desde lo económico reflejan como las relaciones de poder al interior de cada uno de sus sistemas determino apuestas en caminos diferentes con resultados aun inciertos, ya no es entretanto una postura de forma en el diseño institucional sino posturas ideológicas antagónicas históricamente en sus medios para la generación del bienestar.

Otra diferencia, radica en el poder legislativo de los dos países mientras Colombia en su constitución de 1991 abogo un sistema legislativo bicameral,  el congreso de la república estará conformado por el Senado de la República con 106 senadores con circunscripción nacional y una cámara con 166 representantes con circunscripción por departamentos, la reforma venezolano aprobó a partir del año 2000 la constitución de una Asamblea Nacional de Venezuela integrada por 165 diputados federales elegidos quienes representan al pueblo y al estado en su conjunto con un mínimo de 3 diputados por Estado.

En síntesis estas normas organizativas para los dos Estados a través de las cuales se ejerce la política determinan que independiente del marco institucional como ejercicio de comparación deben convertirse en un insumo de retroalimentación y reflexión para una mayor comprensión de las dinámicas sistémicas de cada uno de los Estados y sus apuestas al futuro.



BIBLIOGRAFIA

1.     GUERREO Baron, Javier. Colombia y Venezuela Siglo XX: Entre la modernidad democrática y la modernización reaccionaria elementos críticos para una historia comparada.1999.Revista No 16. Pag 23-42


2.     DIETER Nohlen y FERNANDEZ Mario. El presidencialismo  latinoamericano: evolución y perspectivas, en  Nohlen, Dieter  y Fernández Mario (comps.), Instituciones y cambio político en  América Latina, Caracas, 1999. Nueva Sociedad, p.116


3.     NEGRETTO L, Gabriel. Paradojas en la Reforma Constitucional en America Latina. Journal of Democracy en Español. 2009. Pág. 40


4.     IBID. Pág. 41

5.     http://www.elpais.com.co/elpais/colombia/corrupcion-en-colombia-podria-dejar-10-billones-en-perdidas


6.     http://www.eluniversal.com/2010/10/26/pol_ava_ubican-a-venezuela-e_26A4653891.shtml

7.     IBID. Pág. 48


8.     http://www.aporrea.org/ideologia/a32697.html  

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